lunes, 20 de noviembre de 2017

Diálogos desde la escena: Carlos Hipólito y Ana Jelin

presentador-moderador: Chema Caso.
El Teatro en España en los últimos 25 años.
1992-2017: 25 años de la reapertura del Teatro Palacio Valdés.

20 de noviembre de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 71’ aprox.

sábado, 18 de noviembre de 2017

La danza de la muerte

de August Strindberg. Adaptación y dirección: Margarita Mladenova
producción: Theatre Laboratory Sfumato.
con Svetlana Yancheva, Vladimir Penev y Tsvetan Alexiev.

18 de noviembre de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. 90’ aprox. Estreno en España. (bulgaro sobretitulado)

Edgar y Alice llevan veinticinco años casados y veinticinco años odiándose. Abandonados por todos tienen todo el tiempo del mundo para desear que la muerte los separe. La visita de Kurt les confirma que su matrimonio ya está habitando en ella.

Tras la gratísima noche del martes, cerramos en el Niemeyer esta semana teatral con un estreno internacional sorprendente. En un escenario negro con muebles también negros un hombre y una mujer hablan asperamente. Su diálogo es frontal. Así que, sentados en una cama, los vemos como esas fotografías añejas en las que los matrimonios tristes nos miran desde el pasado. El texto es el de Strindberg, con toda su amargura, pero dicho en búlgaro y sobretitulado. Los diálogos entre el hombre y la mujer (también los que tienen con el tercero) mantendrán esa extraña frontalidad en buena parte de la obra, así que no hay asideros para anclar la interacción de unos personajes que Margarita Mladenova nos quiere presentar destilados. Es teatro sfumato (la compañía no pudo elegir mejor nombre), no apto para todos los públicos, que lo fía todo a la expresividad del instante y al dramatismo del texto. Así que la historia es un contrapunto perfecto de la reinterpretación que de este Strindberg hizo Carles Harillo Magnet en Los buitres, aquel off que se representó hace año y medio en el foyer superior de este mismo espacio. Aunque fascinado por este teatro tan distinto, uno siente (y lamenta) que se está perdiendo algo de la amarga musicalidad que seguramente tendrán las palabras en esa lengua extraña. Pero en la expresividad de los gestos y en esas discusiones letánicas se percibe la fuerza de un teatro deshidratado que transmite toda la intensidad de los dramas strindbergianos que, en formatos algo más amables, me resultaron tan fascinantes en las recreaciones más recientes de La señorita Julia (la de la película de Liv Ullmann y la de El ojo de la aguja de Estefanía Córtés en La pensión de las Pulgas). Así que son muy bienvenidas este tipo de propuestas singulares que entran en España por el Centro Niemeyer.

martes, 14 de noviembre de 2017

Diálogos desde la escena: Mario Gas y José María Pou

presentador-moderador: Mariano Martín Gordillo.
El Teatro en España en los últimos 25 años.
1992-2017: 25 años de la reapertura del Teatro Palacio Valdés.

14 de noviembre de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 96’ aprox.

viernes, 10 de noviembre de 2017

Tebas Land

de Sergio Blanco. Dirigido por: Natalia Menéndez.
una coproducción de Compañía Salvador Collado y El Pavón Teatro Kamikaze con la Colaboración de la Comunidad de Madrid
con Israel Elejalde y Pablo Espinosa.

10 de noviembre de 2017. Teatro Palacio Valdés, Avilés. 105’ aprox. Estreno absoluto.

Un dramaturgo quiere hacer una obra en torno al parricidio. Su primera idea es que la protagonice Martín, un recluso que ha sido condenado por ese delito. Los dos tienen varios encuentros entre las rejas de una cancha de baloncesto. Sin embargo, las autoridades de la cárcel no permitirán que Martín salga para ir al teatro. Así que también veremos los encuentros con el actor que interpretará su papel.

Al entrar vemos un opresivo enrejado en el escenario y tras él una proyección en la que se nos ve mientras ocupamos nuestras butacas. De esa manera especular nos recibe esta tierra de Tebas que ha convertido el escenario en patio de prisión y sala de ensayos. La calidad del texto es evidente desde ese comienzo magnífico en el que nos damos cuenta de que no solo asistiremos a una historia teatral, sino también al propio proceso de construcción tentativa de un texto que, teniendo a Sófocles, a Dostoievski y a Freud como inspiradores, también tendrá algo de parricidio confeso. Tebas Land nos permite asistir al tránsito entre la catarsis dialogada de ese parricida real y el trabajo de un actor que se prepara para conmover al público. La obra tiene múltiples capas y subtextos pero todas son accesibles porque Sergio Blanco y Natalia Menéndez han conseguido lo más difícil: hacer un teatro profundo pero apto para muchos públicos. Y es que, con ese magnífico texto y esa impecable dirección (el espacio escénico es perfecto y las transiciones no lo parecen) quieren que Tebas Land nos hable no solo de una tragedia intemporal que remite a pulsiones existenciales, sino también del propio teatro, de su proceso creativo, de la forma en que se gestan las historias y las decisiones que las construyen. Y lo consiguen huyendo a la vez de los subrayados obvios y de las sutilezas excesivas. Para ello cuentan con interpretaciones tan impecables y compenetradas como  las que nos han ofrecido esta noche Israel Elejalde y Pablo Espinosa. De Israel Elejalde ya solo espero lo mejor, así que, mes y medio después de verlo en el papel de otro director en Ensayo, vuelvo a disfrutar con su contenida interpretación de este que, con ideas claras y ademanes dubitativos, interroga y orienta con el mismo tacto al parricida que le fascina y al actor que le sirve de mediador y contrapunto. A pesar de su juventud Pablo Espinosa está a su altura encarnando a ese otro ser escindido entre dos realidades (la de una cárcel y la de un teatro) que ha sabido desdoblar espléndidamente en este estreno que para él es doble porque hoy debuta en el teatro. Así que ha sido otra noche memorable en esta temporada de otoño en la que ya llevamos cuatro estrenos en este queridísimo teatro de cuya resurrección se cumplirán el próximo martes veinticinco años. Será un día muy especial en el que hablaremos de teatro con esos gigantes de la escena que son Mario Gas y Josep María Pou en el primero de los cuatro Diálogos desde la escena que tendremos aquí, en el Palacio Valdes.

sábado, 4 de noviembre de 2017

La autora de Las Meninas

Autor y dirección: Ernesto Caballero.
una coproducción de Focus y Centro Dramático Nacional
con Carmen Machi, Mirela Aixalá y Francisco Reyes

4 de noviembre de 2017. Teatro Jovellanos, Gijón. 100’ aprox.

En 2037 se ha desintegrado Europa y en España gobierna el populismo. Al país le va muy mal así que los nuevos gobernantes han decidido obtener recursos vendiendo el patrimonio artístico. También Las Meninas, de las que una monja mediática hará una copia para sustituirla en el Prado. Pero a la monja le dan raptos de locura vanguardista y la copia quizá no salga como se espera.

Casi un monólogo de Carmen Machi contrapunteado por Mireia Aixalá  como directora boba del Museo del Prado y Francisco Reyes como vigilante nocturno que desquicia la libido y el criterio estético de la monja copista. Carmen Machi la encarna con solvencia en clave de farsa y eso hace reír mucho al público. Quizá porque reconoce registros cómicos propios de sus papeles televisivos o quizá porque comparte la intención burlesca de la obra hacia las vanguardias estéticas y políticas. La autora de Las Meninas contiene un retablo de tópicos populares (y otros no tanto) sobre el arte contemporáneo. Lo de retablo es literal porque los tres intérpretes están acompañados por tres grandes pantallas-cuadro que nos van ilustrando sobre el contraste entre la reconocible belleza de Las Meninas y las locuras artísticas del siglo XX (desde Kandinski hasta Abramovic). El discurso es obvio y viene a reforzar la familiaridad del muchos con lo que se expone en las salas más concurridas del Prado y el rechazo que les generan las propuestas que se exhiben en el Reina Sofía. Eso sí, evitando prudentemente cualquier mofa hacia la pintura contemporánea española, ya que citar a Foucault o a Benjamin puede dar pátina ilustrada y crítica a la obra, pero meterse con Picasso ya sería demasiado. Así que, entre las risas incontenibles del público ante todos los resortes que se han dispuesto para provocarla y la parsimonia con que avanzan los diálogos entre la monja y la directora y se van sucediendo sus raptos de locura, yo no dejo de mirar el reloj esperando que todo acabe y pueda volver pronto a 2017.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Barbados, etcétera

texto y dirección: Pablo Remón.
una producción de La_Abducción y El Pavón Teatro Kamikaze
con Fernanda Orazi y Emilio Tomé.
 
3 de noviembre de 2017. Centro Niemeyer (Club), Avilés. 60’ aprox. Ciclo Off-Niemeyer.


Un hombre y una mujer entran en el escenario. Primero nos miran. Luego empiezan a hablar. No está claro que sean personajes. Intercalándose, cortándose y repitiéndose van construyendo historias a dos voces. Primero la del tapicero enamorado. Quizá de la mujer que habla o quizá de la mujer de la que los dos hablan. La letanía del tapicero acaba siendo tan cautivadora como la música de Philip Glass. Luego van creando otra historia. La de una niña que se inicia en las fantasías sexuales con la música de Europe. Oyendo The final countdown imagina que se va a Venus con Joey Tempest y que, solos en el Universo, lo fundan de nuevo. La tercera historia es la de una pareja típica que se declara en Ikea y después rompe en una noche de lluvia. O que piensa en cómo recordará ese momento cuando haya pasado mucho tiempo. En las tres historias se habla alguna vez de Barbados. El resto podría ser un etcétera que parece improvisado.

Cotidianidad poética, humor sutil, evocación existencial. De todo eso había ya mucho en La abducción de Luis Guzmán, la otra obra de Pablo Remón que vimos aquí hace tres años. Ahora volvemos a sentirnos cautivados por esta pareja que en el cartel no tiene rostro y que en el escenario no tiene un perfil claro. Podría ser una pareja que (se) imagina o dos actores que simplemente buscan historias. El relato es a la vez tentativo y nítido. Ellos narran lo que les pasa (o les podría pasar) a esas parejas posibles y nosotros las imáginamos con muchísima precisión. Porque esos seres y esas vidas están hechas con el material más sensible. El de las experiencias compartibles por una generación que ya ha llegado a la edad media de la vida. Es un texto sorprendente porque, siendo a la vez divertido, poético e hiperrealista, se convierte en una triple experiencia escénica cautivadora con esta pareja de actores absolutamente compenetrados. A Fernanda Orazi la acabamos de ver abriendo con una fuerza impresionante el extraordinario Ensayo de Pascal Rambert. Mucho antes inauguró este espacio escénico de la mejor manera imaginable con aquel increíble monólogo a dos voces que era La realidad de Denise Despeyroux. Aquí está magnífica en ese tono demorado e irónico en el que se la ve disfrutar (y hacernos disfrutar) con cada palabra que dice. Y a su lado está Emilio Tomé, al que ya vimos protagonizando La abducción de Luis Guzmán y que está también perfecto en este contrapunto masculino al que nos interesa tanto mirar cuando habla como cuando con sus gestos contenidos añade relieve a lo que ella dice. Así que salimos encantados con estas interpretaciones sutiles y portentosas. Y pensando en esa tortuga que, a falta del amor, parece sostener el mundo en la cosmología de esta pareja. Una tortuga ontológica muy grande y muy seria, pero también muy pequeñita y muy divertida que parece observarlo todo desde una esquina del escenario. A la salida tenemos claras dos cosas: que queremos ver en Avilés todo lo que haga Pablo Remón y que Fernanda Orazi y Emilio Tomé siempre serán bienvenidos aquí.