viernes, 11 de agosto de 2017

Edipo rey

de Sófocles. Dirección: Denis Rafter.
una coproducción de Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y Teatro del Noctámbulo.
con José Vicente Moirón, Memé Tabares, Gabriel Moreno, Javier Magariño, Juan Carlos Castillejo. Camilo Maqueda, Jesús Manchón, Francisco Quirós, Pedro Luis López, Javier Herrera, Ana Jiménez, Ana Márquez, Laura Ferrera, Pilar Brinquete, Vera Avellano y Nuria Mordillo.

11 de agosto de 2017. Ruinas de Cáparra. 63º Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, Cáparra. 105’ aprox.

La tragedia de Tebas será la de Edipo. Porque se ha comprometido con los dioses a conocer la verdad y a cumplir su voluntad. Así llegará a saber que ya lo ha hecho. Que intentando escapar a las profecías, sus padres y él las han cumplido todas.

Primera noche de Perseidas en Cáparra. Seguramente hace muchos siglos que este arco no las contempla acompañado por tanta gente. Hoy somos más de quinientos los que llenamos las graderías que han convertido estas ruinas en la cuarta sede del Festival de Mérida. Para llegar a ellas hemos recorrido un hermoso itinerario. Primero bajando de nuestras montañas para llegar entre dos luces a esta hermosa y solitaria dehesa en la que hubo una ciudad romana. Luego disfrutando de ese paseo levemente iluminado que nos ha hecho encontrarnos de frente con el arco, pasar bajo él como si fuera el mejor vestíbulo teatral en esta noche estrellada y finalmente tenerlo como fondo del escenario. Allí ocupa un lugar similar al de esas calles en perspectiva que un continuador de Palladio diseñó para Vicenza en el primero de los teatros en que el cielo está pintado. El ambiente es el de un estreno extraordinario en esta especie de off septentrional del festival de Mérida situado en un emplazamiento tan abierto como recoleto. Y para que en estas piedras antiguas resuenen palabras clásicas nada mejor que las del Edipo de Sófocles en la contenida y hermosa versión del Teatro del Noctámbulo. José Vicente Moirón está perfecto en dicción y presencia encarnando al más trágico de los reyes. La puesta en escena es sencilla y consigue integrarse y sacarle mucho partido a este singular espacio. Por lo demás, hoy la noche ha sido más que propicia porque si al comienzo de la obra las estrellas fugaces parecían festejar el regreso a la vida de esta ciudad bimilenaria, hacia la media noche la luna ha asomado por las montañas que nos separan del Jerte coincidiendo su luz con el desvelamiento de las verdades por las que Edipo queda ciego. Así que los cielos han querido acompañarnos en esta noche mágica en que este lugar ha vuelto a ser un hito, ahora de rutas tan cruciales como las de nuestra memoria literaria. Mañana y pasado volveremos. Y ojalá que estas noches de Perseidas con luna tardía y menguante sean las primeras de muchas en las que podamos disfrutar de buen teatro a la vera de este arco.