viernes, 30 de junio de 2017

Inconsolable

de Javier Gomá. Dirección: Ernesto Caballero.
Producción: Centro Dramático Nacional
con Fernando Cayo

30 de junio de 2017. Teatro María Guerrero, Madrid, 80’.

El personaje acaba de perder a su padre. Tiene cincuenta años y comparece ante nosotros para explicarnos lo que ha sentido en sus primeros cuarenta días de orfandad. Nos habla de sentimientos íntimos pero compartibles. Y nos hace partícipes de sus reflexiones sobre la condición humana tras haber conocido lo inconsolable. 

El texto se publicó en El Mundo hace ahora un año. Con otros tres ensayos sobre la ejemplaridad póstuma está incluido en La imagen de tu vida, el último libro de Javier Gomá. Inconsolable es un soliloquio fascinante sobre la condición humana. La de esos seres atencionales que son depositarios de una cierta cantidad de tiempo, como nos define el personaje del hijo al comienzo de la obra. Es un monólogo que tiene, por tanto, densidad filosófica. Pero de una filosofía mundana. Esa que quizá tiene en el teatro su escenario más propicio. La lectura del texto de Gomá no deja a nadie indiferente. Pero interpretado por un actor con presencia, mirada y voz tan poderosas como las de Fernando Cayo se convierte en algo mayúsculo e imprescindible. Un texto imponente y un actor pertinente. Uno piensa que eso es lo único necesario para hacer memorable esta oración fúnebre, esta singular experiencia teatral sobre el duelo. Así que la mejor dirección escénica será la que no se note, la que no subraye, la que evite todo efectismo y sea capaz de dejarnos a solas con ese hombre y sus palabras. Y Ernesto Caballero lo consigue con un espacio escénico tan bien dispuesto e iluminado (magníficas esas sombras de la medusa proyectadas en el rostro del hijo solo con las manos de Fernando Cayo). Un espacio que, con un sencillo pero rotundo plano inclinado, consigue expresar extraordinariamente la cotidianidad de la vida y el cataclismo íntimo que supone la experiencia de lo inconsolable. Para quien ya haya vivido esa experiencia y para quien todavía no, esta obra y este texto (que enlazo abajo) son más que recomendables. Ojalá que después del éxito que merece tener en el María Guerrero, Inconsolable se pueda ver en muchos teatros.