martes, 9 de febrero de 2016

La Llista

de Jennifer Tremblay. Dirección: Allegra Fulton.
Producción: Teatre Lliure y La Brutal.
con Laia Marull.
 
9 de febrero de 2016. Teatre Lliure (Montjuic), Barcelona. 70’ aprox. (catalán)


Una mujer nerviosa nos habla de lo que ha pasado. Sufre. Se siente culpable. Como una fruta amarga en la ciudad que dejó y en el campo en que ahora vive. Los afanes cotidianos la superan. Por eso hace listas que le recuerden lo que tiene que hacer. Pero de una de ellas olvidó cumplir algo que era vital para Carolina, la vecina rústica y desordenada que no necesitaba listas para saber vivir.

Una mesa, una silla y unos zapatos en un espacio cuadrado. Todo en un gris muy claro con el que solo contrasta el rojo de una manzana y el de los zapatos de Laia Marull. Las listas son como letanías que puntúan la evocación del drama de esta mujer que se siente culpable por la forma en que siempre ha intentado evitar sentirse culpable. Su neurosis es casi obsesiva pero le permite entender que su vida es peor que la de esa vecina a la que no entendía. Laia Marull está magnífica en ese espacio diáfano en el que solo la acompañan unas leves proyecciones. Con una expresividad variadísima nos hace comprender a esta mujer que se culpa por lo que le pasó a otra. El texto tiene fuerza poética y consigue trascender el drama de esta mujer que hace listas para hacernos pensar en nuestra propia forma de vivir, en ese orden desde el que envidiamos el desorden de los demás, en ese desorden que nos avergüenza cuando nos comparamos con los otros. Laia Marull detalla las listas de tareas pendientes de esa mujer, pero nos habla también de la culpa que sentimos por las nuestras.